A él. Sí. A ti.



No me he ido. Aquí estoy. No me iré. Las ganas no se van, del amor, no, no se van. Las ganas no se pierden, las vengo ganando sin desear. Sin planear.
Recorro los pliegues de un amor, del mío. Sentimiento sin las dos últimas sílabas. No miente. No sabe siquiera hablar, mucho menos engañar. Sentimiento callado. Meditativo. Es. No le interesa mucho o poco del mundo sus afanes. Mas o menos sus intereses radican en él. En ti.
Hay un amor en mí que no es comunicación, porque no necesita retroalimentación. Aunque la voz de él esté o no, no se va, no se borra, no se olvida. Acontecimiento personal. Muy privado. Muy mío. Amar porque sí. Amar porque nació en un día, en un mes inconcluso de veintiocho días. Amor que nunca muere. Siempre estuvo por allí, antes de él también, pero me hacía sonreir por cosas. En cosas amaba, en situaciones soñaba. Y un día apareció. Hoy estoy en él.
Como la materia, el amor es energía. No se pierde. No se destruye. Se transforma. Fluye. Es.
Decidí amar y nunca tomé esa decisión. La decisión me tomó a mí por sorpresa. Aquí estoy. La mano arrancó el corazón del pecho, de su centro. La mano, esa mano mía, se extendió. Regaló. A él. A ti el corazón. Mi corazón.
No necesita el implicado querer o no que lo amen. El suceso es inesperado. Inigualado. Incomparable. Increíble. No pide permiso para posarse, el amor sobre otro.  Le hablo nuevamente a él. Le hablo a la misma persona. Hablo del mismo hombre. Solo de uno. De ti.
Sigo siendo yo. Un poco rara tal vez. Ahora estoy repartida entre tú y yo. En la parte del yo no estoy tan presente, me he sorprendido de vez en cuando vagando en ti, sin permiso. Si me ves dime de mi parte que puedo seguir por donde quiera, y dime que te diga que no necesitas hacer nada. Todo está hecho aunque no esté elaborado. Asunto personal. Amor incondicional. Amor. Solo eso. Cuatro letras que contienen al mundo entero. Que giran al mundo. Lo que todos buscan. Felicidad. Felicidad, nombre de pila del Amor. Ah. Dime también que te diga que he soñado una vida entera contigo. En ti. Que te amo aunque no digas nada, aunque no te vea. Te amo por existir. Amo tu ser y tu sonrisa aunque no las vea todos los días. Solo quiero hacerte vivir con mi amor. Solo quiero explotar con una dinamita todo eso que siento, y construirte con eso una vida feliz. Una vida para dos, una vida para llevar.
Vengo a decirle a él. Sí, a ti, que te amo porque sí. Motivos hay y también no los hay. Es un misterio. No le estoy buscando respuesta. No me interesa. Mi vida está inundada al tope de sentimientos. No sé si un día te amaron así. Yo puedo describir lo que se siente ser el portador del amor aquél. Se siente muy lleno mi pecho que a ratos se desborda el río por mis ojos. El acontecimiento espiritual de la vida. De mi vida. Que me lleva a desearlo todo. A querer todo. A estar dispuesta a todo por vivir ésa vida en él. Contigo. Dormir en tu pecho todas las noches de mi vida. Y ojalá de mis próximas vidas. No caben dudas. Solo caben certezas. Mi vida se enamoró de él. Sí. De ti.



Minda

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • Twitter
  • RSS