No se lo conté jamás a nadie


Las llamas quemaban, los dos cuerpos dormidos desnudos en la cama. Despertó él con el olor a humo, él la despertó a ella. La muerte habría llegado pensó él y tenía que pelear por su vida y la de su amor. Ella gritaba desesperada –No quiero morir, no todavía. Las sábanas entre las que se amaron, esas sábanas, los cuerpos cubrir –Moriremos. –No, estamos juntos. El fuego los esperó dos segundos mientras se besaron. Avanza ella descalza, él va detrás. Las llamas arden, huyen entre fuegos. las sábanas empiezan a arder también. Ella grita, él no ve nada, solo cierra los ojos mientras sigue corriendo, tratando de la puerta localizar. El agarra la perilla, la maldita perilla que destroza su mano, las llamas nuevamente le dan un tiempo “bonus”, tres segundos, él piensa en ella, no puede volver a buscarla, su cuerpo está quemándose también, las llamas quitan la pausa, y él prosigue, se atreve a agarrar la puerta con el poco espacio sin quemar de la sábana, se descubre la cara. El grita -La abrí, la abrí, nos salvamos, la abrí. Ella no responde y él escucha un llanto. Abrió la puerta, el incendio no ha ocupado aún toda la casa, puede correr a penas hacia la puerta principal, la que está en la pequeña sala de su casa para buscar ayuda. Afuera todos, los vecinos, los bomberos apenas llegando se alistan a apagar el fuego, los perros aullando a la luna en la esquina derecha de la casa junto a la cerca, la esposa. Sí, dije su esposa, ésta lo recibe y llora, llora como nunca antes vi llorar a una mujer. Le quita las sábanas, llama a una ambulancia. Está quemado, está herido, el rostro presenta quemaduras, las manos no las puede mover, los pies destrozados, casi no respira. Lo suben a la ambulancia, él no quiere, él grita: -sáquenla a ella, sáquenla. La esposa pregunta a quién. El solo dijo -la amo, salvenla. Los bomberos apagan el fuego. Ella ha muerto y nadie sabe quién es ella, solo saben todos que está desnuda. El murió camino al hospital. A la esposa a veces la veo limpiándose una lágrima, a veces dos. Aún llora por él, a veces es amor, otras veces son solo lágrimas de odio.




Minda

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2 Response to "No se lo conté jamás a nadie"

  1. Dani. says:
    22 de enero de 2011, 13:06

    Bien escrito, con algún que otro fallo, pero mínimo, es fácil sentirse dentro de la claustrofóbia situación del incendio, de sus personajes, incluso nace el deseo de querer ayudar, hasta que uno se da cuenta de que es ficción, lo cual demuestra un buen ejercicio de redacción. Me ha gustado :-)

  2. JJF says:
    3 de febrero de 2011, 15:56

    Este blog es Genial! Felicidades!

    Saludos!

    http://www.lascenizasdeldragon.blogspot.com/

    :)

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